Más
"diosa" que en sus días habituales, la Luna nos revela hoy
su mejor cara por una espectacular coincidencia de la geometría
espacial que no se producía desde hace casi
70 años: llega a su
punto de mayor acercamiento a nuestro planeta justo cuando completa
su fase de luna llena.
Esta pirueta de las esferas celestes hará que
se vea un 14% más grande y un 30% más brillante que cuando se
encuentra en el punto más lejano de su órbita en torno de la
Tierra. Si se la compara con el tamaño promedio, será un 7% más
grande y un 15% más brillante.
Esta
mañana, a las 7.52, nuestro satélite natural se encontrará a "tan
sólo" 356.509 kilómetros de distancia, y tres horas más tarde
completará la fase de luna llena.
Es
decir que cuando esta noche, a las 19.50, aparezca sobre el
horizonte, tendremos la oportunidad de observarla en su máxima
expresión. Para los amantes de esta misteriosa compañera sideral
que viene ejerciendo su fascinación sobre los humanos desde los
comienzos de la historia, será una buena excusa para elevar los ojos
al cielo, tal como muchos lo hicieron ayer.
"Ése
será el momento más lindo para observarla -explica Diego Bagú,
director de Gestión del Planetario de La Plata-. Por un efecto
óptico, el cerebro involuntariamente compara el tamaño de la Luna
con objetos que están sobre el horizonte y se nos aparece muy
grande. En cambio, cuando está arriba, la vemos mucho más chica y,
en este caso, no va a ser muy distinta de la de todos los meses."
Según
Bagú, mientras esté cerca del horizonte, no sólo la veremos más
grande, sino también de color amarillento o rojizo por influencia de
la atmósfera.
Estos
cambios en la apariencia del satélite que cautivó a Galileo y que
pisaron los astronautas hace casi medio siglo se deben a que gira
alrededor de la Tierra en una órbita elíptica (con la forma
aproximada de un huevo). Su distancia de nosotros tiene un máximo,
llamado "apogeo", y un mínimo, el "perigeo", que
se registra hoy.
Fuente: La Nación