Filipinas: ante millones de personas, el Francisco pidió por los pobres, los hambrientos, los sin techo y los niños que han sido víctimas de abusos.
En
su homilía, el Papa instó a los filipinos a rechazar las
"estructuras sociales que perpetúan la pobreza, la
ignorancia y
la corrupción".
MANILA.- El
Papa Francisco celebró
hoy una misa al aire libre para una multitud que desafió a la lluvia
para acudir al encuentro en la capital filipina, donde instó al
mundo a "aprender a llorar" por la suerte de los pobres,
los hambrientos, los sin techo y los niños que han sido víctimas de
abusos.
Las
autoridades de la ciudad dijeron que en torno a cuatro millones de
personas se congregaron para el evento en el parque Rizal de Manila y
las zonas cercanas para presenciar el que será el broche final al
viaje del Papa por el Lejano Oriente.
Francisco,
de 78 años, saludó a la multitud desde un papamóvil hecho a partir
de los vehículos "yipnis" filipinos vestido con el mismo
impermeable amarillo que se proporcionó a los asistentes. Se detuvo
a lo largo del recorrido para besar a los niños y bendecir las
estatuas religiosas en el día en que los filipinos celebran la
fiesta del Niño Jesús. Los congregados levantaron sus rosarios al
paso del Papa.
Algunos
de los fieles pasaron la noche frente a las puertas, que se abrieron
nueve horas antes de la misa. La ceremonia, celebrada en el único
país asiático predominantemente católico, se prolongó durante
tres horas.
En
su homilía, el Papa instó a los filipinos a rechazar las
"estructuras sociales que perpetúan la pobreza, la ignorancia y
la corrupción", un tema que tocó en sus conversaciones del
viernes con el presidente Beningno Aquino, que también asistió a la
eucaristía.
También
tuvo palabras para los esfuerzos del gobierno en materia de control
de natalidad, diciendo que la familia estaba bajo la amenaza de
"ataques y programas contrarios a todo lo que consideramos
verdadero y sagrado".
Los
organizadores dijeron que esperaban hasta seis millones de personas,
más de los cinco que abarrotaron la última misa celebrada por un
Papa en Filipinas cuando Juan Pablo II visitó el país hace veinte
años.
El
último día de Francisco en Filipinas empezó con una recepción de
jóvenes en la Universidad Católica de Manila, donde se emocionó
por las preguntas de una niña de 12 años que había sido
abandonada.
"Muchos
niños son abandonados por sus padres. Muchos de ellos acaban siendo
víctimas y les han pasado cosas malas, como adicción a las drogas o
prostitución ¿Por qué Dios permite esto, incluso si los niños no
tienen culpa? ¿Por qué sólo unos pocos nos ayudan?" preguntó
la niña, Glyzelle Iris Palomar.
CHICOS DE LA CALLE
La
niña, que encontró refugio en una comunidad eclesiástica, rompió
a llorar y no pudo terminar su discurso de bienvenida. El Papa la
abrazó y comenzó su propia alocución, más preparada.
"Ella
es la única que ha planteado una pregunta para la que no hay
respuesta y ni siquiera es capaz de expresarlo con palabras, sino con
lágrimas", dijo, visiblemente emocionado. "¿Por qué
sufren los niños?", dijo el argentino en español. Un
intérprete traducía su discurso al inglés para las más de 30.000
personas congregadas en los campos de la universidad.
"Invito
a cada uno a que se pregunte a sí mismo '¿He aprendido a llorar...
cuando veo un niño hambriento, un niño en la calle que se droga, un
niño sin casa, un niño abandonado, un niño del que abusan, un niño
que la sociedad usa como esclavo?'", dijo.
Es
habitual ver niños en las calles de las ciudades filipinas, como
suele ocurrir en los países asiáticos, viviendo de la caridad y de
lo que encuentran entre la basura.
Las
Naciones Unidas afirman que 1,2 millones de niños viven en la calle
en la ex-colonia española. De acuerdo con la Child Protection
Network Fundation, el 35,2 por ciento de los niños vivían en la
pobreza en 2009, el último año del que existen datos. Cerca de un
33 por ciento de los filipinos viven en barrios de chabolas.
En
su homilía, durante la misa, el Papa volvió a hablar sobre la
necesidad de defender a los niños: "Necesitamos ver a cada niño
como un regalo que hay que agradecer, cuidar y proteger. Y
necesitamos ocuparnos de los jóvenes, no permitir que les roben la
ilusión y les condenen a una vida en las calles".Fuente: Agencias: Reuters
Un momento especial que quiero compartir!
Un momento especial que quiero compartir!