Lo
desarrolló un estudiante de tecnología mexicano de 18 años,
después de ver sufrir a su mamá. Equipado con biosensores, estudia
los senos y
envía un informe a la paciente y su médico.
Se
llama Eva y
es un corpiño inteligente que busca ganarle al tiempo. Está pensado
para detectar tempranamente el cáncer de mama y de ese manera
acelerar los tratamientos. Detrás de la idea hay una historia
familiar: lo desarrolló un estudiante de tecnología mexicano de 18
años después de ver sufrir a su mamá por un diagnóstico tardío.
No
hace falta tenerlo mucho tiempo puesto para que cumpla su función.
Basta con usarlo entre 60 y 90 minutos una vez por semana.
"Cuando
yo tenía 13 años mi mamá fue diagnosticada por segunda vez con
cáncer de mama. El tumor pasó de tener la dimensión de un grano de
arroz al de una pelota de golf en menos de seis meses.
El
diagnóstico fue demasiado tarde y mi mamá perdió ambos senos",
cuenta Julián Ríos Cantú. El chico es estudiante del Instituto de
Tecnología de Monterrey y con tres amigos fundó la compañía Higia
Technology, especializada en biosensores orientados a mejorar la
calidad de vida de las mujeres.
Fuente:
Diario Clarín Entremujeres