CUANTAS VECES DIJIMOS...


Brillar por su ausencia En los funerales Romanos se solía exhibir las efigies de los antepasados como señal del linaje. 

Durante la honra fúnebre a Junia -la cual era familiar de dos de los conspiradores que asesinaron a César: Casio y Bruto- las efigies de estos dos asesinos no estaban presentes haciendo gala por su ausencia, algo que los concurrentes notarían rápidamente y sería el tema reinante entre los murmullos y chimentos del funeral. 

Utilizando esto como referencia en uno de sus trabajos, el poeta André de Chenier pondría esta frase de moda más de mil años y unos cuantos siglos después.